Aventuras animadas de ayer y hoy

UF!!! no saben la ilusión que me da tener un sitio de estos. Muchas, muchas cosas, aqui y allá

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miércoles, abril 22, 2009

Lunes Santo en Málaga: ¡Bendita seas, Viridiana!


La verdad es que hoy estoy emocionado por que Silvia Pinal está en Málaga. Llegó altiva y hablando de Don Luis. Venían al lado de ella el hijo de Buñuel y la suegrisima Pilar Bárdem en compañía de Asunción Balaguer, la esposa de Paco Rabal.

Quedé atrapado en esa belleza enigmática de esta actriz mexicana. Recuerdo que cuando ví por primera vez El Ángel Exterminador me asombró esa racionalidad que su personaje tenía en la película. Cuando estuve en México la primera vez, siempre relacioné el Ángel de la Reforma con aquella película de Buñuel. Busqué referencias de Buñuel en la ciudad. Por ejemplo en Los Olvidados pude relacionar ciertas zonas o sitios de la pelí en la película.

También me recuerdo en alguna pelí de Tintan que ahora no recuerdo. Pero entre Angélica María o Silvia Pinal, me quedo con la Pinal. Con Angélica María tengo una relación mas de ensoñación. romántica. Me recuerdo de aquellas tardes de los sábados de películas mexicanas que pasaban por Venevisión cuando José José y Juan Gabriel eran los “galanes” de pelis de amor en Acapulco o simplemente paseando por la Alameda del centro histórico cantando en compañía del galán de turno.

UF! Que día…llega y se baja de ese cochazo con este estilazo mexicano, barroco y con aires de grandeza. Yo se lo perdono todo a ella…
Pero Pinal forma parte de un grupo muy selecto de rubias hélidas que en el cine han sido claves en películas de grandes directores. Grace Kelly es maravillosa y enigmática en Atrapar a un Ladrón de Alfred Hitchcock . Catherine Denueve no la imagino haciendo de otra cosa que de las actrices de Buñuel. En Belle de Jour o Tristana su fragilidad se hace más evidente, con esa cara blanca y ese pelo rubio o Kim Novak volviendo loco a James Stewart en Vértigo. El contraste de los los cuervos comiéndole la rubia melena a Tippy Hedren en Los Pájaros es sencillamente constrastante. Blanco y negro. Total, las rubias mandan en el cine negro. Cuando ví Viridiana por primera vez a los 17 años (nunca lo olvidaré en la cinemateca de Caracas en Venezuela) me encantó por que era un monja que le encantaba ese deseo oculto de conocer. Uno siempre quiere conocer más, es una ansia de conocimiento. Cuando se viste de novia para que Fernando Rey la viese, era sencillamente vicioso desde el siginificado más “sucio” de la relación con una sobrina. Es imposible hacer una nueva versión de Viridiana, por que la sabotearía, pero ese vestido de novia podría ser diseñado por Lacroix y esos zapatos de Giambatista Valli, todo barroco, un simple ejercicio de querer poder el universo propio a las referencias. Paco Rabal también es una referencia dentro de todo ese universo en esta película. Me encanta la escena final cuando Rabal le dice a Silvia Pinal que se siente en compañía de una tercera en la mesa para jugar al Tute, un juego que aprendí por esa escena…¡Un morbazo total!, y además de eso la posibilidad de Buñuel se burlara en la cara de la censura española durante la dictadura franquista.

Total, no hay nada como una rubia o rubio en tu vida. Una de mis mejores amigas es rubia, rubia, alemanisima ella. Y posee una capacidad analítica maravillosa que a veces me deja en el sitio, pero lo asumo por que es rubia y las rubias son hélidas y son sencillamente apabullantes, te dejan en el sitio…